En su exposición, explicó que «hoy estamos viviendo una crisis climática más grande de la que se ha registrado en toda la historia y pese a todo lo escéptico, terraplanista, sí hay un consenso de que el clima está cambiando, se está acelerando y tenemos que actuar ya».

«Creo que todos queremos eso y frente a esa urgencia sabemos que hay tecnologías, que hoy día pueden resolver la lucha contra el cambio climático», agregó Ceballos. Entre ellas están las energías limpias y las tierras raras son vitales para ello.

«Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Pero, por otro lado, no queremos seguir minando, produciendo estos minerales y metales de la forma que siempre se ha hecho ¿Cómo resolvemos esto? Alguien decía por ahí, paradójicamente, que mientras más queremos luchar contra el cambio climático, vamos a estar más en una economía de minerales necesarios para esto», sostuvo el gerente general.

Agregando que la lucha contra el cambio climático no es magia y ante la pregunta de si existe una minería amigable con el medio ambiente, él dijo que «en Aclara pensamos que sí. Estoy absolutamente convencido que sí».

De hecho, detalló que hoy en día las tierras raras, que es la arcilla iónica, se explotan principalmente en China y Myanmar. Sin embargo, pese a que ello es mucho más amigable que las rocas, ambos países «no cumplen necesariamente con buenos estándares ambientales ni laborales».

Eso sí, aparte de China y Myanmar, hoy hay «tres proyectos relevantes y únicas en el mundo. Chile, Brasil y Uganda. En Chile, es Penco«, sostuvo.

Ceballos también se abrió paso para explicar la relevancia de las tierras raras. Al respecto, dijo que «sin las tierras raras, no hay ninguna posibilidad para que se desarrollen los vehículos eléctricos y el combate al cambio climático, para que podamos sacar de la matriz de transporte los motores de combustión».

«No hay posibilidad, no hay sustitutos. Entonces, dado que estas tecnologías están disponibles, todas las apoyamos. Todos queremos luchar contra el cambio climático y estos elementos existen ¿Cómo los sacamos en forma sostenible? En Aclara tenemos una oportunidad única. Nosotros no elegimos donde aparecen las tierras raras ni cómo. Y tuvimos la fortuna de encontrar un depósito de arcilla iónica que no es de rocas», complementó.

Explicó en qué consiste el proyecto de Tierras Raras y cómo combate el cambio climático.

De hecho, en ese sentido, explicó por qué el proyecto de Tierras Raras combate el cambio climático. Para empezar, indicó que el proceso de extracción, «no usa explosivos, no hay tronadura. Por eso es que no es ni siquiera una cantera».

«La cantera rompe rocas, mete ruidos, genera polvo. Nosotros no ocupamos explosivos. Por lo tanto, la contaminación acústica y la emisión de material particulado es mínima», precisó al respecto.

En segundo lugar, detalló que «no tenemos chancado ni molienda. Sabemos que el principal consumo de energía de las operaciones mineras es la reducción de tamaño y hace que nuestra huella CO2 sea mucho más baja comparada a las otras industrias».

Además de ello, está el reciclaje y el bajo consumo de agua. «Consumimos una cantidad de agua muy pequeña y eso en gran medida es por dos cosas. Porque nuestro proyecto inicial es limitado y segundo porque recirculamos un 95% del agua».

«Créanme que recircular el 95% del agua no es algo que que haya salido en forma fácil y automática, es algo que venimos trabajando hace mucho tiempo en cada mililitro que ocupamos en el proceso», agregó.

Sosteniendo que no bastó con ello, ya que también ocupan «un reactivo que es sulfato de amonio, que es un fertilizante. En nuestro proceso estamos recirculando el 99% del reactivo principal. ¿Cómo hemos logrado esto? Lo hemos logrado porque es un circuito cerrado».

«Es súper bueno decir que recirculamos harta agua y mucho reactivo, pero eso tiene efectos concretos (…) nosotros no vamos a tener ningún proceso de combustión en planta, en nuestra planta de proceso«, recalcó.

Asimismo, indicó que «vamos a procesar la arcilla, se lavan con agua de osmosis, que es el agua más limpia que puede haber, y se redepositan en lugares. Por lo tanto, no es que las arcillas viajen dejando una huella de carbono de transporte durante miles de kilómetros. Ese no es el caso».

Agregando que, al estar en un predio con el 95% de pino y eucalipto, «tenemos el compromiso de reforestar el terreno donde haremos el proyecto con especies nativas. La superficie se va a multiplicar».

«Y en la comunidad estamos trabajando, hemos aprendido harto en el proceso, hemos ido robusteciendo el diálogo con la comunidad , compartiendo nuestro proyecto y hemos ido identificando oportunidades de inversión socioambiental», concluyó Rodrigo Ceballos.

(Nota publicada originalmente por Sabes.cl)